MODESTINO Y LA MUSICA

Era el año 1939 cuando el fotógrafo de Victorica, Rex Murad, más conocido como “Turco” Prado, tomó esta imagen. Fue en la manzana en que convivían las familias Leyton y Pérez. La casa de los primeros, daba frente al lateral del edificio del Colegio “María Auxiliadora” y la de Pérez estaba muy cerca de la esquina, sobre la calle que lleva a la estación del ferrocarril, todavía ambas están allí.

Modestino Pérez, era el hijo menor de Delfín Pérez y de Ana Victoria Fernández, hija de don Crispiniano Fernández, primer Juez de Paz de Victorica en 1889 y luego Intendente. Había nacido un 28 de marzo del año 1912, en la zona rural del Paraje San Fernando, de la provincia de San Luis, cuando todavía el río Atuel-Salado-Chadileuvú traía un volumen importante de agua por su cauce.

Cuando llegó la fatídica década de los “años malos”, esa que arranca con el impacto internacional de la Gran Depresión Mundial en 1930, continúa con una prolongada sequía, se afirma con la caída de las cenizas del complejo volcánico chileno “El Descabezado” el año 1932, se complica con los grandes ventarrones huracanados y con la plaga de la langosta que provenía del norte, la familia Pérez ya estaba afincada en Victorica desde hacía muchos años.

Modestino Pérez, igual que sus hermanos Delfín y Ataliva, integró la segunda Banda de Música en el primer pueblo del Territorio Nacional de la Gobernación de la Pampa Central en ese entonces. La primera de caracter civil, porque no consideramos las de la etapa militar, había sido organizada y dirigida por los italianos Antonio Fossati que figura como de profesión carpintero y de don Tito Biggi, quien está registrado (1) como sastre de la localidad. Fue el maestro riojano Félix Romero, quien en un discurso del año 1904 reclamó por la necesidad de crear una Banda de Música para que los niños y  jóvenes pudiesen tener acceso a la formación musical, por todos los beneficios que ella traería.

En junio del año 1920, el periódico local “El Heraldo” fundado y dirigido por Juan Giménez,(2) da la noticia que desde hace varios días se ha hecho cargo de la dirección de la Banda de Música victoriquense, el profesor Teodoro Ruiz, quien tiene el propósito de hacerla más numerosa , integrando nuevos instrumentos. Los ensayos se realizaban en el local de la Sociedad Italiana, el único salón de carácter privado y amplio, de Victorica hasta 1921, en que se inaugura el Salón de Actos de la Municipalidad. Ruiz era pianista según Modestino y también violinista según Ruben Evangelista. Posteriormente al casamiento del profesor, con la maestra Rosa Lucero, los ensayos se trasladan a la casa del padre, el señor Conrado Lucero, domicilio perteneciente después a  la familia Balech-Jofré, a una cuadra de la casa de Modestino.

El año 1937 Modestino, que trabajaba en ese entonces en la casa de comercio de ramos generales de don Isidoro Orgales, en la localidad de Carro Quemado, compra un bandoneón por correspondencia. Aparentemente allí trabajaba un señor  italiano, de apellido Pampiglioni, quien sabía tocar el instrumento y fue el mentor e instructor de Pérez, además del baqueano introductor, en las actuaciones en los campos y chacras de la zona en todas las ocasiones de fiestas familiares, en las que iba presentando a su discípulo.

Es muy probable que en esas giras, llevando mercadería a las chacras de la zona de Loventuel, Modestino haya conocido a  Felipa Roldán, una de las hijas de doña Elina, que enviudó el año 1937. El flechazo fue inmediato, aunque el noviazgo fue largo hasta llegar al casamiento, como se estilaba en aquellos años.

Tiempo después, buscando mejores horizontes, Modestino deja Carro Quemado y se instala en Victorica donde pone en marcha una academia del instrumento, a la que asisten entre otros Pedro Humberto López y Carlos Leyton como alumnos. Al poco tiempo, Modestino para incrementar sus ingresos funda una orquesta integrada por Leyton y él en bandoneones y López en batería.

La formación duró poco tiempo, dado que después que terminó su aprendizaje de bandoneón, López deja de participar como baterista, formando posteriormente su propia agrupación. La orquesta de Löpez es bautizada con el nombre “Típica Victorica”, como marcándole la cancha a Modestino, quien hacía también algo de folklore y lo que se denominaba la “característica” que eran otros ritmos.

 El año del debut de López será 1943, la época de oro del tango en Argentina, por lo que el tango, la milonga, el vals y algún pasodoble mezclado integraban el repertorio elegido. Entre los años 1930 y 1935 el gran espaldarazo se lo da Carlos Gardel con su actuación en las películas y la gran cantidad de discos que grabó. Además Magaldi, Corsini, Charlo, Hugo del Carril y Ángel Vargas entre otros llegaron con sus discos también a todo el país. A ellos su sumó la aparición de la mujer en el escenario del tango, como Rosita Quiroga, Mercedes Simone, Azucena Maizani, Nelly Omar y “Tita” Merello, quienes fueron entre otras las voces femeninas del tango-canción.

Modestino y Felipa se casaron el 19 de enero del año 1946, para ese entonces Pérez hacía tiempo que había ingresado como empleado del Correo como mensajero. En el espacio radial argentino aparece ese año, el programa “El Glostora Tango Club” . Otro de los medios de acercamiento al tango y al folklore fue la mítica revista “El Alma que canta” que apareció el año 1916. Compitieron con ella “El Cantaclaro” y “La canción Moderna” entre otras.

En un pueblo pequeño como Victorica, dos orquestas de tango compitiendo por el favor del público no habrá sido fácil. Probablemente López que formó su agrupación con más de tres personas se sintió tentado a la crítica fácil hacia su antiguo maestro, el “Petiso” Pérez,  comentando entre sus amigos que se había alejado porque Modestino, “tocaba de oído”.

Apenas llegó el chisme a los oídos de Modestino, enseguida lo tomó en solfa y se le ocurrió transformar esa ácida crítica en un título irónico para su formación orquestal. Ahí nomas lo hizo pintar al frente de la batería que tocaba Carlos Gesualdi. El nombre que había elegido fue una sigla enigmática, YTYEDO, que provenía de la frase: “Yo toco y enseño de oído”.

Cuando llegó por primera vez a Victorica el General Juan Pistarini, a inaugurar el edificio para el Hospital Regional y el servicio de agua potable de Obras Sanitarias de la Nación, Modestino tocó el bandoneón, acompañado de María de los Ángeles Piorno, su madrina de casamiento, ejecutando el Pericón Nacional, danza tradicional que fue bailada por un grupo de jóvenes de fines del año 1949.

Para ésa época Modestino ya era auxiliar de la sucursal de Correos y Telégrafos de Victorica. Tocaba a veces en el Club Cochicó, del que su hermano Ataliva había sido socio fundador y que presidía don Domingo Di Dío, Juez de Paz de la localidad y hombre muy popular, quien probablemente haya sido quien lo afilió al peronismo. Además supo integrar el equipo y luego se desempeñó como linesman.

Cuando llegó la revolución de 1955 que produjo el golpe de Estado que derrocó a Perón, a Modestino lo trasladaron, que era una de las formas de sanción encubierta a quienes se habían acercado al Movimiento Nacional y Popular. Lo mandaron al Cuy una pequeña localidad en el desierto de la meseta patagónica de la recientemente creada provincia de Río Negro, que recién salía de su larga etapa de Territorio Nacional.

Allí estuvo unos años hasta que consiguió traslado a la ciudad de General Roca. Al llegar allí toma contacto con un grupo de pampeanos que estaban afincados en el alto valle a quienes va conociendo desde su trabajo en el Correo. Inmediatamente se integra a la actividad musical de la ciudad pasando a integrar durante varios años distintas formaciones orquestales con las que actuaban en los clubes. Una de esas formaciones es la que se observa en la segunda fotografía.

Cuando su hija Gloria, terminó el secundario, ya había realizado estudios de piano. Sus padres le compraron el piano y para ciertas ocasiones ensayaban alguna pieza para hacerse escuchar en alguna fiesta, en las que solía acompañarlos Felipa en guitarra o bombo, que había aprendido con su maestra Isolina Gesualdi y con su madrina de casamiento, María de los Ángeles Piorno, pero todo en la intimidad del hogar.

La úlima vez que lo escuchamos ejecutar su bandoneón fue el año 1984, en el local de la Sociedad Italiana en ocasión del cumpleaños de su cuñado Marcial Roldán, nuestro padre, estando presente su esposa, sus cuñadas y también invitados como los esposos Martín-Piorno y sus sobrinos, hijos de la Viuda de de la Nava.

Modestino falleció el 23 de febrero del año 1996, tía Felipa lo sobrevivió varios años en la casita que se habían construído en la ciudad de General Roca en las cercanías de la avenida San Juan.

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