El primero que llamó profundamente la atención de los padres, de los propios alumnos, a los maestros y de las autoridades municipales de Victorica (Pampa Central), sobre la importancia de la música en la educación de los niños, fue el maestro riojano Félix Romero.
Al respecto dijo el educador de la escuela de varones, en su discurso del 24 de mayo del año 1904: “Ahora que las escuelas han rendido tributo de admiración a los fundadores de la nacionalidad e independencia argentina, me vais a permitir que prescinda del hecho histórico que se celebra, para ocuparme sobre una obra que creo indispensable en este pueblo, y que son propias de este acto; pues si queremos ser dignos herederos de los ilustres iniciadores de la República Argentina, tenemos que demostrarlo, no con vanas palabras sino con obras pacíficas tendientes a hacer más grande, próspera y feliz esta Patria”.
Tal vez el maestro Félix Romero introdujo esta cuestión porque en el pueblo, los inmigrantes italianos y sus descendientes habían creado la Sociedad Italiana de socorros mutuos bautizada Umberto Primo el año 1902 y ese año 1904 estaban levantando a paso acelerado el salón de la sede propia a dos cuadras de la escuela de varones.
Don Félix dice “obras pacíficas”, porque el pueblo estaba saliendo lentamente de una ola de violencia muy grande. Él había quedado impresionado con la balacera que le costó la vida a tres personas y doce heridos, en el famoso asalto a la Municipalidad cuando era intendente el francés Alfonso Capdeville.
Y Romerito, como le decían sus amigos, que provenía de una antigua provincia, llamaba la atención porque el maestro Carlos Thompson, que había sido presidente del Concejo Deliberante y además director de la escuela de varones, había concedido desde su banca de municipal un subsidio de m$n 100 pesos, de aquellos de plata fuerte, para la adquisición de los instrumentos destinados a la Banda de Música, que se había decidido fomentar en el pueblo. Los otros concejales eran Lucas Viniegra, español, Justo Pennot francés, Francisco Lemme, italiano, todos inmigrantes extranjeros.
La municipalidad además había decidido subsidiar al señor Antonio Fossatti, un carpintero italiano llegado de Santa Rosa, para que dirigiera la formación y organización de la anhelada Banda. Asimismo el año 1903 la municipalidad vuelve a demostrar interés en que finalmente se forme la Banda de Música contratando a Tomás Barrionuevo ejecutante del bajo, por la suma de m$n 10 por mes, con la obligación de tocar en la plaza y en las “fiestas patrias”.
Efectivamente la Banda se formó y se logró ponerla en funcionamiento, dado que el maestro francés don Miguel de Fougéres, quien había sido el primer director de la escuela de varones de Victorica, la incluye en su “Guía de la Pampa Central” publicada el año 1906 con esta escueta información:
“BANDA DE MUSICA. Director: Antonio Fossati; Sub Director: Tito Bigi; Diez ejecutantes.”
Modestino era hijo de Delfín Pérez y Ana Victoria Fernández. Ana Victoria, era hija de don Crispiniano Fernández y María Quiroga. Don Crispiniano había sido el primer juez y luego el primer Intendente de Victorica. Por su parte don Delfín Pérez era hijo de Benito Pérez y viudo de Modesta Corvalán, se casó en segundas nupcias con Ana Victoria Fernández -hija de Crispiniano- el 15 de julio de 1901 en Victorica ante el cura párroco italiano RPS Juan Roggerone.
Los niños, en aquella época, después que terminaban la escuela primaria obligatoria, si no había existido repitencia y si el niño se lo había enviado al tener la edad obligatoria, tenían al finalizar la trayectoria alrededor de 12 o 13 años. Por lo cual las opciones eran: continuar estudiando, para lo cual los padres debían tener una situación “acomodada” porque había que enviarlos a Santa Rosa o General Pico a un colegio como pupilo y obviamente pagar la pensión, o a Buenos Aires más costoso aún, o buscar un conchabo para trabajar.
Por eso y otras circunstancias Modestino, fue de niño alumno del maestro de música don Teodoro Ruiz, un español que había llegado a Victorica alrededor de principios del mes de junio del año 1920, según informa el periódico “El Heraldo” (Juan Giménez) en esta noticia: “Desde hace varios días se ha hecho cargo de la dirección de la Banda de Música el profesor Sr. Teodoro Ruiz, quien se propone hacer más numerosa la banda incorporando a ella nuevos elementos”.
Según una carta que me enviara nuestro tío Modestino, la Banda que dirigió Ruiz estuvo integrada por los siguientes jóvenes: Silvano Costantino (pistón); Benicio Delfín Pérez (hermano, en bajo); Ataliva Pérez (también hermano de Modestino) y otro hermano, Eduardo Pérez (bombardín); Desposorio Miranda; Montenegro y Diógenes Lucero (bombo); Marcelo Rochereul; Víctor Rochereul y Vicente Di Dio (clarinete); Alberto Cáceres, José García y Zoilo Costantino (Yeny, acompañamiento) y Modestino Pérez (requinto, clarinete más pequeño de sonido agudo).
Los hermanos Costantino y Di Dio eran descendientes de familias italianas, los hermanos Rochereul eran descendientes de familia francesa, los hermanos Pérez y García eran descendientes de familia española y el resto eran hijos de familias del tronco criollo-mestizo. Como vemos una diversidad cultural de procedencia. La edad que tenían estos jóvenes oscilaba entre los 13 y los 18/9 años aproximadamente.
Después que el maestro Ruiz, ya casado con la joven maestra Rosa Lucero, hija de Conrado Lucero de Victorica, se traslada a Intendente Alvear, la Banda, a partir de mediados del año 1928 pasa a ser dirigida por Salvador Di Benedetto. Una de las lecciones que Modestino había asimilado bien era la de solfeo, técnica que no se la olvidó más.
Pero lo otro que consiguió fue una larga experiencia en la Banda como ejecutante, en las Romerías, en las “Fiestas Patrias”, en las serenatas y en las actuaciones con la formación orquestal con la que se presentaban. Modestino aprendió a tocar valses, jotas, pasodobles, alguna mazurka (una danza de origen polaco) y algunas milongas.
Después se fue al pueblo Carro Quemado e ingresó al Almacén de Ramos Generales de don Isidoro Orgales, donde tenía de compañero de trabajo a un italiano de apellido Pampiglioni que sabía tocar el bandonéon. Apenas cobró el aguinaldo y más unos ahorros que tenía, envió una carta a la antigua Casa Nuñez de la Capital Federal para comprarse un bandoneón.
Apenas llegó a su poder el bandoneón, Modestino se volcó de lleno a practicar por las noches y con el aporte de la guía de Pampiglioni a los pocos meses ya se atrevía a presentarse en la fonda de Suhurt o en alguna fiesta familiar. El año 1938 se fue a Victorica nuevamente y ahí se le dio por tomar alumnos para enseñarles el bandoneón. Así fue que el hijo del vecino de la manzana donde tenía su casa, Carlos Leyton se entusiasma al escucharlo tocar, después se agrega a las clases el joven Pedro Humberto López.
Modestino era decidido, porque con esos ingresos y pocos alumnos no paraba la olla, así que apenas los alumnos avanzaron y al verles condiciones, los invitó a formar parte de una orquesta integrada por él y Leyton en bandoneón y López en batería. Fueron desde al año 1940 aproximadamente hasta 1943, tres años intensos de trabajo artístico porque era la única agrupación musical con dos bandoneones.
Como López observó que Modestino conseguía trabajo, en 1943 se separa y crea su propia orquesta que bautizó “Típica Victorica”. Al poco tiempo Modestino se entera que su exalumno lo anda difamando para quitarle méritos, diciendo “que toca de oído”. Rápido y apelando a la ironía, Modestino incorpora a los dos bandoneones como baterista al joven Carlos Gesualdi a quien conocía del Club Deportivo Cochicó.
Fue entonces cuando apareció en el periódico la publicidad de la orquesta que bautizó YTYEDO, sigla construida uniendo las primeras letras de las palabras de la frase “Yo toco y enseño de oído”. Las orquestas compitieron un corto tiempo hasta que Modestino ingresó a trabajar en la oficina de Correos y Telecomunicaciones de Victorica.
Modestino se casó con Felipa Roldán con quien tuvieron una hija bautizada Gloria, quien fue en la década de 1960 y hasta el golpe de Estado de 1976 locutora de LU18 Radio El Valle en la ciudad de General Roca (Rio Negro).
Pérez era amigo de don Domingo Di Dio, que era el presidente del Club Cochicó –donde había jugado y después hacía de linesman- y Juez de Paz, así que apenas apareció el coronel Juan Domingo Perón se identificó con su propuesta y sobre todo por el apoyo a la música popular, cuando desde enero de 1950 se dispuso por decreto nacional N° 33.711, que en todos los lugares donde se haga escuchar música al público se debía obligatoriamente difundir un 50 % de “música nacional”.
Fue por esta identificación ideológica que cuando se produjo la revolución “libertadora” de 1955 le impusieron un traslado a la provincia de Rio Negro a un pequeño pueblito llamado El Cuy. Pero al poco tiempo consiguió un traslado a General Roca en la época de Frondizi. Allí se hizo de amigos músicos e inmediatamente Modestino tocaba en cantinas, clubes, y fiestas (ver fotos). Así lo hizo durante muchos años, después le compró un piano a su hija Choly quien estudió y en ciertas ocasiones familiares tocaban previo ensayo algunas melodías.
Encantada de leer parte de mi historia familiar.
Muchas gracias por tu comentario, muy amable!