El pueblo denominado Telén fue fundado por el francés Alfonso Capdeville el año 1901, a partir de cuya decisión, volcó todo su esfuerzo para generar en los alrededores una Colonia agrícola-ganadera.
Para ello se dedicó a convencer a inversores, con muchos de los cuales se asoció para establecer comercios, e industrias que estuviesen relacionados con las actividades, que había alentado en la zona cuando fue Intendente de Victorica entre los años 1891 y 1899.
La actividad predominante en los comienzos era la cría del lanar, dado que la lana tenía muy buenos precios en el mercado nacional e internacional. Pero al poco tiempo también se dedicó a la agricultura, sembrando en los años de buenas lluvias alfalfa, centeno, avena y maíz.
Con la alfalfa consiguió no sólo buenos rindes por hectárea, sino además semilla de muy buena calidad. Por eso es que obtuvo el año 1904 un premio internacional en una competencia en los Estados Unidos.
Toda esta actividad agrícola, ganadera, comercial e industrial le dieron a Capdeville los argumentos necesarios para avanzar en la organización del nuevo núcleo urbano. Primero impulsó la constitución de la Comisión de Fomento, al frente de la cual promovió a su amigo y socio Pablo Jalabert.
En la zona recién a partir de 1904 se comienza con el refinamiento de las razas vacunas y lanares. Don Amand Lernoud, otro francés, a quien Capdeville había alentado para que comprase campo cuando se disolvió la Ganadera Nacional S.A., fue el que comenzó con esta tarea.
Pero Capdeville sabía que se necesitaba cuanto antes que llegara el ferrocarril, para que los campos, los pueblos, y las empresas pudiesen valorizar sus activos, mejorar su posición económica en el mercado del Territorio Nacional de la Pampa Central y llegar más rápidamente a los mercados nacionales e internacionales.
Con todo lo que había realizado hasta 1906 y lo que se disponía a realizar en su plan de desarrollo para la Colonia Telén, consiguió que la empresa del Ferrocarril del Oeste pusiese dentro de sus planes de extensión a Telén, que está al comienzo de la zona marginal de la isohieta de 500 mms.
Por ley del 15 de enero del año 1907 el Estado Nacional autoriza la extensión de la línea al Ferrocarril del Oeste, desde la estación Monte Nievas hasta Telén. Esa noticia corrió como reguero de pólvora. Capdeville viajó a Francia consiguió tentar a nuevos inversores, trajo algunos profesionales e incluso se ocupó de invitar a periodistas nacionales para que visitasen el pueblo.
El tren inicial arribó el 24 de mayo del año 1908. Todo el pueblo se preparó para ver la máquina a vapor y la fila de vagones entrando por primera vez al andén de la estación. Entre los pasajeros de ese viaje estuvieron don Emilio Lernoud, hermano de Amand, Inocente Rebollo, que había sido concejal cuando Capdeville era Intendente de Victorica.
Con ellos también compartieron el viaje desde la estación Once de Septiembre en Buenos Aires, la Capital Federal de la Argentina, los señores Jorge Andant, Mr. Mussgrave, Mr. Miller, David Sufren Moine y el periodista Paridi Vioravanti, del periódico “La Patria degli Italiani”, fundado el año 1893, que defendía el anticlericalismo, la libertad de trabajo, el comercio, la emigración y por supuesto la preservación de la italianidad.
No hay que olvidar que en esos primeros años varios italianos fueron a trabajar a Telén, como los hermanos Imbelloni, don Roberto Pagella, don Nicolás Marzano y otros.
La llegada se festejó con una gran fiesta popular a la criolla. Los brindis se extendieron desde ese día hasta el 26 cuando el jefe hizo la maniobra de poner la máquina nuevamente hacia el norte. Se descorchó vino, pero también champagne que no podía faltar para las familias francesas. Los criollos y la paisanada degustaron también cervezas para acompañar los corderos y el asado abundante de vacuno.
Mientras la fiesta popular se desarrollaba en las calles alrededor de la estación, en la intimidad de la casa de la familia Jalabert, el Intendente organizó una velada especial para agasajar a las autoridades del Ferrocarril en la que un dúo de violinistas acompañaron al señor Lernoud quien deslumbró con sus dotes de cantor.
También se bailó en la amplia Barraca “Telén” de Capdeville hasta el amanecer. Los comentarios de este gran acontecimiento duraron varios años. Mientras se apagaban las luces y salía el sol del nuevo amanecer, don Alfonso rodeado de sus amigos les hizo conocer la idea de crear un Banco de Crédito Rural para apuntalar las necesidades de capital para los nuevos negocios que traería el ferrocarril.