Francisco Falabella era italiano, cuando llegó a la Argentina, tomó el tren hacia Victorica, donde estaban sus tios esperándolo. Los hermanos Imbelloni, quienes para el año 1933 ya tenían su local propio donde tenían un almacén de ramos generales, con Fonda, y como el patio era amplio, plantaron varias sarmientos de vid y un sótano para almacenar las grandes bordalesas de madera donde llegaba el vino desde Mendoza.
Los Imbelloni eran tres hermanos. El primero que llegó fue don Vito, a quien le pidió venir, su tío Nicolás Marzano para trabajar en la alfalfa. El segundo que llegó fue Isidro y el último en arribar a Victorica fue Vicente, con el mandato familiar de buscar a sus hermanos y regresar a la casa natal.
Pero Vicente no pudo cumplir con el deseo de sus padres de regresar a Italia, porque en 1914 se desató en Europa la primera Guerra Mundial y no pudieron vender la uva ni el carro a Zamarbide de la zona de Conhello, como habían convenido tiempo antes.
Inmediatamente de llegar a Victorica, Vicente alojó a su sobrino Francisco y lo puso a trabajar en la viña. Tiempo después llegó Vicente el hermano menor, quien se dedicó a la quinta. Solían salir a vender las verduras en una canasta grande por las casas de familia.
No tengo fecha precisa del año en que se independizó y abrió las puertas de su almacén propio. En una esquina complicada, dado que además de tener que competir con el gran almacén ya afamado de sus tios Imbelloni, lo tuvo que hacer también con el del italiano José Vitanza quien tenía un almacén en diagonal con el de los Imbelloni desde antes del año 1933.