Alfalfa en “La Catalina” de Young

De Telén hacia el sur, cercano al campo “Los Cerrillos” que perteneciera a la familia Kenny, estaba esta propiedad rural denominada “La Catalina”, dedicada a la explotación agropecuaria mixta.

El matrimonio Young-Wellock compró campo al suroeste de Telén a la firma Costas, quien les vende un medio lote. De allí estaban a pocos kilómetros de la punta de riel del ferrocarril del oeste de capitales británicos, que había llegado al pueblo fundado por el francés Alfonso Capdeville, en mayo de 1908.

Fueron sus linderos, además del fundador de la dinastía Kenny, quien según Aaron Esevich supo comprar como treinta y dos leguas, habiendo asentado su estancia en “Santa Camila”; al oeste “Loma Redonda” de Generoso Trapaglia e hijos, al sur “Curru-Tué” de David Carruthers, y al este a varios productores con menos de una legua Guzmán, Ponce, Tello, Viuda de Platino, Sueldo y Videla entre otros. También haciendo esquinero en la zona sur estaba “Santa María” de la firma Francés Hnos.

Aproximadamente en 1922 comienzan con una majada de ochenta ovejas. Son 5.000 hectáreas dentro del sector marginal del bosque de caldén. El agua de la primera napa estaba aproximadamente a unos cuatro metros, pero para obtener mayor volumen había que ir a mucha más profundidad.

El campo tenía un salitral. En la parte norte hay algunos cerros de unos ocho o diez metros de altura, por eso el campo de su amigo, Emilio Kenny, hijo de Tomas Enrique Kenny el irlandés, se llamaba justamente “Los Cerrillos”. Uno de esos cerros que atraviesa de sur a norte debe tener unos dos mil metros de tosca aproximadamente, que Vialidad Provincial ha utilizado para mezclarla con el arenal en un intento de hacer transitable los caminos vecinales.

En la foto de arriba se lo observa a don Yenny Young sentado en el arado, tirado por dos caballos abriendo una parcela para luego sembrar.

En 1923 se produjo la gran nevada en la que murieron mucha cantidad de ovejas. Según Nicolás Navarro en la tormenta de Santa Rosa del año 1923, después de una larga sequía, se vino una tormenta que terminó en una gran nevada, con fuertes vientos y caída de nieve de un espesor de 40 a 45 centímetros aproximadamente. Después de cuatro días de lluvia, vientos y finalmente nevada intensa, don Young padre y sus hijos, como todos los productores de esa época, descubrieron la rigurosidad, no sólo del “pampero”, sino también de la conjunción del resto de los factores climáticos, que el hombre no podía y aún no puede controlar.

En esta segunda toma se pueden observar cinco parvas de alfalfa del año 1939, producto de un año muy llovedor luego de la extensa sequía de los años malos de La Pampa.

En 1932 la caída de las cenizas del volcán El Descabezado” que afectó las pasturas y las aguadas fue también otro “sogazo”. Durante varios años de la década del 30 las grandes sequías fueron casi permanentes, cortadas apenas por algún año intermedio. En los registros pluviométricos de Telén, la localidad más cercana acusó para el año 1935 escasos 327 milímetros, para 1936 ascendió a la media normal de 532, para el 37 en cambio nuevamente la seca se profundizó con solo 240 milímetros y continuó el 38 con 374 muy por debajo de la media.

Quien está de perfil con la horquilla es don Yenny Young, acompañado en la tarea de hacer fardos de alfalfa por tres personas.

Nuestra estimada amiga Jimny, una de las hijas de Yenny, recuerda que su padre le contó que el abuelo Young, cuando la nevada del año 1952, les pagó a sus hijos veinte centavos – de aquellos pesos fuertes- por cada cuero rescatado de las ovejas muertas para poder venderlos y salvar algo de las pérdidas.

Después de haber terminado de apilar los fardos de alfalfa, don Yenny y sus empleados y jornaleros posaron para la foto que da cuenta de una gran reserva de pasto para el invierno.

Pero cuando las lluvias eran abundantes y llegaban a tiempo, hasta cosechaban algunas bolsas de buena semilla de alfalfa, centeno o maíz. A veces el entusiasmo los llevaba a sembrar algunas hectáreas de trigo con doble propósito. Pero en aquellas décadas también había que temer, además de la piedra, las heladas y las sequías, a la langosta, que devoraba todo lo verde que encontraba a su paso.

Y a todos estos inconvenientes geográficos y climáticos se sumó también la crisis mundial conocida como la “Gran Depresión” originada en Estados Unidos en 1929, pero que impacta en el Territorio de La Pampa de 1931 en adelante, con la caída de los precios y la demanda de los granos, lanas y carnes.

Y aquí Young ha puesto su mano derecha sobre un fardo para apoyarse al lado de la enorme pila de fardos de alfalfa, que tiene en la cima una forma de techo a dos aguas. Porque luego encima iba lona impermeable para cubrirla de las lluvias y evitar que el pasto se echase a perder.

En octubre del ´42 Lawrence Jimmy Young se casa con Juana Ignacia Obieta descendiente de vascos. De ese matrimonio nacerán cinco hijos. María Luisa Mary la mayor, Margarita Edita la segunda, Juana Angela (Jimny), Sara Ester y Miguel el varón y último hijo. En la humilde casa de campo de la familia Young solía ser bien acogido el recordado Misionero Salesiano José Durando. La flia. Young también colaboraron con las Asociaciones Cooperadoras de las Escuelas de “Jaguel del Monte”, de Telén y de Victorica. La madre de los Young, doña Mary era la maestra de inglés de los hijos. Como buena galesa, aspiraba a que en su casa solo se hablara el idioma materno. El que más caso le hacía en eso era Guillermo, el hermano de Jimmy.

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