Alfredo Gesualdi-Imbelloni

Biografía sintética.-

En su pueblo natal, Victorica, se le suele decir Alfredito, para diferenciarlo de su padre que se llamaba Alfredo Gesualdi. Su madre era una de las hijas del comerciante italiano Vicente Imbelloni y su abuela materna, doña Polonia, era hija de uno de los soldados muertos en el combate de Cochicó.

Tanto por vía materna, pero también por vía paterna por sus venas corre sangre italiana mezclada con la criolla de antiguas familias victoriquenses. Don Anunciato Gesualdi había nacido en Italia y era hijo de Egidio Gesualdi y Teresa Gesualdi.

Regularizó su matrimonio en la parroquia de Nuestra Señora de la Merced de Victorica el año 1933, declarando ante el cura RPS Ángel Crescini que con anterioridad al mismo habían tenido con Teresa Piccolomini, argentina, hija de los italianos Egidio Piccolomini y Teresa Papaleo, once hijos. María Josefa de 20 años bautizada en Chivilcoy (Bs.As.),Venancia de 18 bautizada en Victorica; Isidro de 17; Anunciada de 16; María Isabel y Angelina ambas de 15 años; Alfredo de 11; Dominga de 8; Dora Irma de 7; Carlos de 5;  y Clorinda de 4.

El cura escribe en el acta que Anunciato era jornalero. Aunque en la Guía Comercial de 1929 bajo el rubro “Contratistas de alambrados” aparecen Di Dio, Nicolás; Gesualdi Anunciado y Jofré, José.

Alfredito, a quienes algunos amigos apodaron “Condorito”, un personaje de historieta, es hermano de María Angélica y de Luis Alberto. Nació en su casa paterna situada sobre la calle Hipólito Yrigoyen (actual 18) a media cuadra de la plaza, enfrente donde vivió el fotógrafo Rex Murad (turco Prado) y al lado donde supieron tener carnicería Peralta y su cuñado Riela.

Fue a la escuela primaria del Instituto San Juan Bosco donde también curso estudios secundarios. Allí la profesora de música era Norma Lobato de Berrío, pianista.lo introdujo junto a varios alumnos en el conocimiento de instrumentos musicales como la guitarra, el bombo y otros de acompañamiento, como la flauta dulce, la quena, la pandereta .

Su debut se produjo en uno de los tantos circos que solían llegar a Victorica a mediados de la década de 1960, acompañando en la guitarra a su amigo René Viglino, quien le había enseñado algunas posturas y piezas de oído. René vivía con su familia en la casa frente a la estación, donde su padre atendía un almacén con boliche, donde se armaban guitarreadas y cantatas los fines de semana, ahí mismo donde después se instalaría Lázaro Jofré con su bar y restaurant “El Diablo Rojo”.

Luego de romper la barrera del miedo escénico armaron un dúo con su amigo de la escuela Agustín Borthiry, que ahora vive en la Patagonia sur. Se lo conoció como “Los Pampas”. Cuando todavía estaba en la etapa del aprendizaje conoció y compartió muchas guitarreadas con “Cato” Giménez el más chico de los hermanos de esa familia que vivía en una esquina en un rancho con enramada y también con Juan Cabral de los cuales asimiló algunos conocimientos de la guitarra que ya era su compañera. De todos ellos mamó algo de música folklórica, de canciones y de la cultura popular. La primera guitarra se la regaló su padre quien había tenido la suerte de sacar la lotería y con ese premio construyó su vivienda y al frente un local para su comercio conocido como “Líder Sport”.

Al lado de su casa, el abuelo le había alquilado a Miguel Peralta y su cuñado “Chumo” Riela que habían puesto en funcionamiento una carnicería. De ellos y del conocido futbolista de Cochicó “Pocho” Riela, mamó también la buena música, no solo la folklórica sino además la del tango rioplatense. Chumo fue un bandoneonista que integró orquestas en Victorica y Santa Rosa. Alguna vez Alfredito compartió con ellos en la quinta encuentros amicales.

En 1973 se recuperó el sistema democrático interrumpido a mediados de 1966 y esa primavera trajo consigo el renacer de los sueños juveniles de la liberación política, la cultura nacional y popular, las peñas folklóricas. Hacía cinco años que se había creado la Fiesta Provincial de la Ganadería del Oeste Pampeano.

El año 1974 Alfredo Gesualdi hijo, tiene la idea de crear un dúo al que bautizó como “Las Voces del Pueblo”. Fue su  compañero fundador Oscar Alberto “Negro” Puegher un gran guitarrista, pero al poco tiempo Puegher se va a Winifreda a integrarse a la orquesta que dirigía don Nicasio Rodríguez, el creador de la Fiesta Provincial del Mate. Este amigo falleció el 15 de marzo del 2021 y en homenaje a su personalidad se bautizó con su nombre el escenario del Vivero Alberto Lucero.

Alfredito invita entonces a Pedro Cabal guitarrista y cantor, quien vivía a una cuadra y media de su casa. En ese lapso participan del espectáculo “Las Voces de la patria baya” que se presenta en el salón de actos del Instituto San Juan Bosco y allí participan junto a Delfor Sombra y Cacho Arenas que presentaban las canciones grabadas en un larga duración. En enero de 1976 van a Cosquín al gran Festival Nacional del Folklore, con la delegación que representaba a La Pampa, en donde obtienen una mención por su participación cantando canciones de Julio Domínguez “El Bardino”.

En marzo de 1976 se produce el golpe militar que termina con el gobierno constitucional e instaura una proscripción política, una persecución cultural y las denominadas “listas negras” de autores, compositores y cantores prohibidos. En Victorica se producen cesantías a varias maestras y de profesionales médicos que habían obtenido sus cargos mediante concurso.

En ese periodo se refugian en el boliche “La Posta” de don Valentín Ramos y su esposa Luisa. Allí se organizarán las guitarreadas y conocerá al músico y cantor no vidente “Chicho” Sejas a quien lo unió una larga amistad. De esos encuentros participarán su amigo “Negro” Dasso, los hermanos Morán, Lalo Sosa y otros.

En ese lapso de siete largos años, se dieron tres grandes acontecimientos que impactarán en el corazón del cantautor la desaparición de su amigo Oscar Di Dio, el centenario de Victorica con la presencia del presidente de facto Leopoldo Galtieri y la guerra de Malvinas.

En 1983 reinicia el dúo Las Voces del Pueblo con su hermano Luis Alberto, con esa formación y el acompañamiento del guitarrista Julio Ortiz de Victorica, participan en el Teatro Español de Santa Rosa el año 1985 en la presentación de la obra “El Cancionero de los Ríos”. El año 1984 los escritores han creado la Asociación Pampeana de Escritores donde Alfredito amplia el conocimiento y vinculación con los más reconocidos escritores de la época además de El Bardino que lo visitaba en su casa. Edgar Morisoli, Juan Carlos Bustriazo Ortiz, Roberto Yacomuzzi, Néstor “Ruso” Mázzolo y otros.

Luego el lugar de su hermano es suplido por Osvaldo Pérez un guitarrista y cantor que lo acompaña durante muchos años.

En el boliche “El Puma” del Chino de la Nava componen con su amigo Eduardo “Lalo” Sosa la “Corralera por don Irineo Figueroa”. Su primera canción fue dedicada a una mujer muy pobre integrante del pueblo originario llamada Julia Fernández de Relmo, la que titula “Esta Julia que yo nombro” a la que le pone música Luis “Cachuzo” Giménez que también se fue de Victorica.

Otros amigos que lo acompañaron en el dúo Las Voces del Pueblo fueron Rubén “Churrinche” Ávila, Humberto M. Dasso y Changüita Díaz, de Santa Rosa en los últimos años antes del 2019.

Cuarenta años después de aquel comienzo en las tablas de un circo, Alfredito recibió en el Teatro Español de Santa Rosa (La Pampa) el Premio “Testimonio” del Gobierno de La Pampa el año 2013, a propuesta de la Municipalidad de Victorica.

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